domingo, 24 de mayo de 2015

Nuestra Patria



Actualmente, y por desgracia, la palabra Patria está cargada de diversas connotaciones, en gran medida, negativas. Connotaciones que, siendo sinceros, son bastantes merecidas.

Por todos es sabido que el patriotismo, bajo el resguardo de la Iglesia, las clases privilegiadas y los partiduchos fachorros de turno, se adultera y se corrompe.

¿Cómo podemos extrañarnos de ver el rechazo que tiene el pueblo hacia España, si ésta, sólo se ha usado como escudo y parapeto para cometer las mayores atrocidades e injusticias?

¿Cómo podemos culpar a las masas populares de no sentir nada por España, si ésta, bajo regímenes partitocráticos ha sido degenerada y vilipendiada por las clases privilegiadas que mientras el pueblo sufría hambre y miseria, éstas veían sus riquezas y privilegios aumentar de forma desmedida e insultante gracias a las nuevas formas de neo-esclavismo capitalista?

Si hay algo, que ante los actuales sucesos, cobra vital importancia es - y este es el objetivo del artículo - definir de forma clara y concisa lo que verdaderamente es la Patria para los revolucionarios.

Debemos, antes que nada, desechar toda definición arcaica, retrógrada, antirrevolucionaria y reaccionaria. Alejados de aquellos que ven a España como un mal, una desgracia; alejados de aquellos que ven España como parapeto de sus inhumanos abusos y alejados de aquellos que, desgraciadamente, no ven ni sienten, nada por España; buscamos, en contraposición al resto, el sentido profundo, la esencia, de nuestra Patria.

Nuestro Patriotismo es, ante todo, un patriotismo revolucionario, profundamente social y enérgicamente hispánico; un patriotismo, en definitiva y como diría Ledesma Ramos, "rumbo adelante"...

La Patria, en la línea de lo que decían el maestro Ortega y Gasset, "proyecto sugestivo de vida en común", José Antonio Primo de Rivera "unidad de destino en lo universal" y en la línea de lo que también decía Ledesma Ramos del patriotismo como una "gimnasia revolucionaria", exige de nosotros, un patriotismo crítico y constructivo. Un patriotismo revolucionario, que frente al estatismo patriotero de la derecha fascistizada, tenga como objetivo de su quehacer diario, la construcción de una Patria libre y fuerte que sea para las masas populares una bandera liberadora y no, como en el sistema liberal demoburgués imperante, una bandera de resguardo de privilegios y abusos para unos pocos.

Este patriotismo debe estar alejado de toda ancianidad constituyente, lejos de toda reacción.

La actual situación.

Si alguien, está, actualmente, orgulloso de esta España, desconfiad de él; o bien es un loco o bien es un reaccionario. No se puede pretender ser patriota sin querer llevar a cabo una revolución, que, al fin y al cabo, es una subversión, la destrucción del sistema económico, social y de valores de una sociedad y la construcción de otro; más justo, más libre, en definitiva, más español.

¿Quién puede creer que una persona que se califica a gusto entre derechas o izquierdas puede verdaderamente ser patriota? ¿No es este sistema liberal demoburgués partitocrático, el que nos ha sumido en esta decadencia moral y social, en la que la Verdad como fin en si mismo ha dejado de importar, en la que nada importa mas que el dinero y la fama o en la que mientras unos se lucran mediante abusos y privilegios injustos otros se mueren de hambre y frío en este "avanzado" (avanzado en qué, nos preguntamos algunos) mundo moderno?

Objetivos.

Debemos destruir y revertir el sistema establecido para construir una sola Patria, libre, grande y única (alejado de todo lema derechista, Dios me libre...) y un socialismo, el sindical, revolucionario y nacional.

Frente a los intentos de desmembración de la primera nación de la Edad Moderna, nosotros como fervientes defensores de ésta, debemos defender y luchar por la unidad armoniosa e imperial de las distintas "naciones" que conforman España. Pero esta lucha, será más facil de vencer si, junto a la violencia sana, creadora y justa, unimos a España y a los españoles bajo una misma empresa, un mismo destino común en lo universal.

La unidad peninsular de España adquiere una gran importancia para alcanzar la ejecución de ésta misión histórica; pero ésto es sólo la primera piedra del edificio de nuestra Patria; la recuperación del Peñon de Gibraltar, punto de elevado interés geoestratégico y la expulsión de las fuerzas militares americanas y de la OTAN de tierras españolas junto con la salida de España de la vendida UE son otros de los objetivos cruciales a alcanzar.

Además, España como universal portadora de los valores hispánicos debe formar junto al mundo hispano, bravío y vitalísimo, un bloque geopolítico de hermandad cultural que combata la hegemonía militar y cultural del mundo capitalista judeo-anglosajón e imponga una nueva jerarquía de valores, una nueva cultura y una nueva economía.

Alcanzar y conseguir la libertad, la soberanía de España como nación es uno de los mayores imperativos, y está, sin duda, a la orden del día. La España sierva del Capital Internacional, de la UE y de la OTAN, no es nuestra España. Nuestra España no es una colonia americana, nuestra España no es la de los liberales ajenos a las necesidades sociales del pueblo, ni la de la socialdemocracia que extirpa del espíritu de las masas populares la Patria, ni la de los grandes oligarcas ni tampoco la de los corruptos.                                                                                            
Convirtamos esta España actual en nuestra España. Una España sindical, portadora y emisora del mensaje y de los valores hispánicos. Una España que proporcione con pan y justicia (social) al conjunto de los españoles.

La ejecución de esta misión histórica  - como ya supo ver Ramiro Ledesma hace 70 años - debe corresponder sólo a las juventudes de España, portadoras de los más altos valores hipánicos ( y por tanto católicos) y de la mayor valentía y disciplina militar.

¡Adelante la Revolución! ¡Arriba la España que haremos!

Por Mario Montero

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